sábado, julio 14, 2007

Con Vértigo gitano arrancó Estivales 2007





En honor al festival galo de artes, Tony Gatlif firma por primera vez un espectáculo en vivo. Destacado por estar comprometido con las causas sociales de sus raíces gitanas, el cineasta subrayó la importancia de la fusión cultural como base para abrir diálogos entre Oriente y Occidente.


Yellice Virgüez Márquez



El festival de artes francés Estivales cumple 20 años y, para celebrarlo por todo lo alto, comenzó el festín mediterráneo codo a codo con la plebe. « Vértigo » es un espectáculo gitano integrado por músicos, cantantes y bailarines provenientes de Irán, Siria, Rusia, Rumania, Francia y España. Dirigido por el cineasta Tony Gatlif, el montaje traza el origen de la música tzigana llevando a la escena su trance flamenco pero también su drama.

Promotor de un mundo en continua transformación y en donde no existe el tabú cuando se trata de música, Gatlif echó mano al cante hondo de sus raíces para retratar el devenir de unos ritmos tan nómadas como su pueblo. « Tú que aboliste la pena de muerte… acaba también con la pobreza de mi gente », recitó en lengua francesa el director cinematográfico de origen gitano-andaluz.

Reconocido por sus producciones plenas de flamenco y drama gitano, Gatlif firma por vez primera una producción en vivo, y para ello quiso llevar « a lo grande » el talento de aquellos históricamente desfavorecidos. El grupo telonero fue un grupo de jóvenes gitanos de la ciudad de Perpignan, cuya entrega artística y temprana edad sorprendieron a los presentes.

Les siguió la conocida agrupación local Tekameli que cautivó al público con la polifonía de su música gitana moderna. Tres guitarras, cajón y palmas ensamblaron los cantos dirigidos al amor, la injusticia y el drama entre clanes.

Posteriormente, Andalucía, Siria, Rumania e Irán tomaron terreno en este viaje anticronológico a las raíces tziganas. Para el creador del film Transylvania, entre el Oriente y el Occidente resta sólo una « mezcla de culturas » o, para quienes prefieren los eufemismos, una « cultura general ». A su juicio no existe tabú y no puede haberlo cuando se está inmerso en un mundo tan heterogéneo como el de hoy.

Sentado en una mesa justo al lado del escenario, con copa de vino y agua para los artistas, el director integró la escena siendo al mismo tiempo espectador. La puesta en escena arrancó « Olés ! », aplausos y hasta gritos pero dejó en espera el hilo de enlace entre tantos años de historia. Faltaron respuestas a esta historia inacabada del pueblo errante ; quizá éstas se encuentran en la incertidumbre que acompaña también los pasos de este gentilicio disgregado por el mundo.

Al espacio abierto perpiñanés que acoge el Festival, se unió la utilización de uno de los edificios adyacentes desde cuyas ventanas cantó a pecho partido una de las intérpretes. El detalle, particular en 20 años de Estivales, reveló la noción cinematográfica de Gatlif y permitió que más de 2300 asistentes se adentraran al espíritu fraternal de alguna comunidad gitana de hoy o de siempre.

PASION GITANA

Tony Gatlif es conocido por ser un director comprometido con las causas sociales de sus raíces gitanas. De allí su historial fílmico de al menos 16 producciones que retratan las tragedias, la pasión y el desenfado de un pueblo que él observa como « abandonado socialmente a la miseria ».

Sin embargo, el Gatlif de hoy reconoce tener una visión más positiva de la realidad pues confiesa que sus heridas personales han sanado gracias al poder de la palabra. Poder que le otorga el haber superado su situación de analfabeta tras descubrir las bondades del cine como medio de comunicación, y su talento para reconciliarse con la sociedad.

Ahora cuestiona el rudo acento de sus primeras producciones y se incomoda si es abordado a propósito de los prejuicios que aún hoy rodean a la cultura gitana. Su preocupación, en todo caso dentro de Estivales, es la música y es ese el tema del cual prefiere hablar. « Este espectáculo no lo hacen estos artistas para gustar sino para mostrar su historia (…) –En todo caso-, El público no es racista (…) y nosotros no tenemos problemas con eso”, aseveró en exclusiva para El Mundo.

« Yo voy por la fusión para crear algo nuevo (…) El mundo quiere mezclarse y… yo voy por eso», aseguró. Al observar toda la obra de Gatlif desde sus inicios, se observa que su fusión comienza primero con la re-definición del lenguaje para hacer más efectivo y directo el mensaje. Con don de la palabra y pasión gitana, lo único que falta es poner al servicio de este melting pot universal, el talento para « crear diálogos » y de esta manera enmendar « los errores del pasado » .

El cineasta sostuvo que esta redefinición se está haciendo evidente en la sociedad, y señaló la elección de una mujer profesional de origen maghrebino, Dati Rachida, como ministra de la justicia en Francia. Asimismo, subrayó la designación de la joven senegalesa Rama Yade como secretaria de Estado frente al Ministerio de Relaciones Exteriores galo, y quien a su vez será la encargada de Asuntos Extranjeros y Derechos del Hombre. « Las cosas están cambiando –asintió Gatlif- … Quizá en un futuro elijan a un ministro gitano ! ».