viernes, agosto 07, 2015

¡À París, maestro! Hasta siempre


Este seis de agosto se cumplieron seis meses del fallecimiento del maestro Pedro León Zapata. Desde entonces había querido dejar por escrito alguno de los entrañables recuerdos que atesoro. Tuve el privilegio de entrevistarlo varias veces, de escuchar sus alocuciones en exposiciones, conciertos o charlas, de compartir con él en reuniones y hasta en mi primera defensa de tesis. Sin embargo, desde hace un tiempo solo hay un episodio que se repite en mi mente con frecuencia.

En diciembre de 2005 pasé unas cortas vacaciones en Venezuela. Vivía en Francia en ese momento, y debo decir que abrazar a mi familia y a los afectos fue sanador. Tenía mucho tiempo sin estar mi tierra y extrañaba hasta el acento. Fueron días de reencuentros, uno de ellos con mis queridos Ildemaro Torres, Sonia Hecker y Zapata.

Nos reunimos para ponernos al día y para comer. El restaurant lo escogió el profesor Ildemaro, uno tradicional de la avenida Francisco Solano. Recuerdo que el maestro Zapata llegó con un sobre grande en sus manos, y no se había sentado del todo cuando puso el sobre en mis manos. En su interior había un original de sus Zapatazos. Un dibujo a colores que no es el que acompaña este texto.

Durante el almuerzo hablamos de todo un poco, desde mi vida en Francia, la situación política en Venezuela, la inseguridad, mi libro sobre los Zapatazos y hasta cómo se le llama al cilantro en varios idiomas. No recuerdo qué comimos, aunque nada sería más sabroso que esa conversa a cuatro.

Me dieron la cola hasta mi casa, en Los Chaguaramos, y al despedirme del maestro Zapata, me dice: “Bueno, Yellice... nos veremos cuando se publique el libro o antes, si Mara y yo tenemos la suerte de ir a París. Entonces, no te digo 'À bientôt', como dicen los franceses, sino... 'À Caracas' o mejor dicho: 'À Perpignan!' y 'À París!', exclamó sonriente.

Fue la última vez que vi al maestro Zapata. Años después, cuando regresé a Venezuela, la conmoción era total por su estado de salud. En ese momento, a finales del año 2008, la revista española Art Notes publicó el artículo “Sobre el zapatismo en Venezuela”. Lo firma quien suscribe y aquí lo comparto con ustedes:

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El artista plástico venezolano Pedro León Zapata atravesó recientemente una operación a corazón abierto. Luego de casi 40 días en terapia intensiva y otros tantos de hospitalización, el maestro regresó a casa en medio de estrictos cuidados médicos. Miles de corazones elevan aún oraciones para su recuperación definitiva y no es para menos. Zapata es Venezuela y ésta no ha sido mejor retratada que en los trazos de Zapata.

La noticia del regreso a su hogar llegó con júbilo en medio del homenaje que numerosos artistas y demás personalidades, realizaron en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Esos dos días a sala llena sirvieron para rendir un tributo acorde al maestro Zapata: unos actos en los cuales la música, el teatro y el humor se mezclaron sin dejar de ser por ello solemnes o cargados de emotividad.

A pesar de que su labor como caricaturista le ha otorgado una inmensa popularidad en el ámbito nacional e internacional, pocos de las nuevas generaciones conocen lo multifacético que es Pedro León Zapata. En 79 años de vida ha abordado con fervor el trabajo pedagógico y periodístico, la pintura, se ha sumergido en las aguas de la dramaturgia y hasta se ha perfilado como virtual candidato a la Presidencia. Son numerosas las publicaciones editoriales sobre él o sobre sus creaciones artísticas. Él y sus trazos son siempre una fuente inagotable de estudio y admiración.

Sus caricaturas tituladas Zapatazos, publicadas diariamente desde hace más de 43 años en el diario El Nacional, son una fiel muestra del punto de honor que posee este artista. Muchos de los hijos de esa tierra de Simón Bolívar, creen en Zapata y siguen su trabajo artístico, compartiendo o no su punto de vista. Esa es a mi juicio una de las virtudes más brillantes de su labor creadora, su facultad de unificar, de conciliar. Eso es lo que llamo el zapatismo venezolano.

Los Zapatazos pertenecen al género gráfico del periodismo de opinión, aunque es tal la credibilidad y el respeto que Zapata detenta, que sus trazos se han convertido en el editorial gráfico de El Nacional, uno de los periódicos de mayor tradición y tiraje en Venezuela. Zapata es, sin duda, el editorialista de la democracia venezolana, y en su obra toma primacía la historia del pueblo.

El zapatismo venezolano tiene de México la influencia que la escuela muralista azteca ha dejado en el artista, pues, Zapata (el venezolano) vivió largos años en ese país norteamericano y aprehendió las artes revolucionarias de la pintura a gran escala, al observar al mismo Diego Rivera.

Ser zapatista en Venezuela es admirar también aquello que de la narración figurativa francesa poseen estas caricaturas. En la obra de Zapata se observa pluralismo en los recursos lingüísticos y estilísticos, en una búsqueda constante por destacar los hechos como parte de un todo social. Nada escapa de la observación de Pedro León Zapata, él es el cronista del día a día.

Los Zapatazos han vivido nueve períodos presidenciales y a lo largo de este proceso en la historia contemporánea venezolana, figuras y acontecimientos internacionales también se han retratado sin miramientos. En ellos desfila una vasta lista de personajes que comparten tribuna con el verbo culto hecho dibujo.

Del evento noticioso del día a día hasta un simple llamado a la reflexión, la cotidianidad de Venezuela se muestra en los Zapatazos sin tabú ni censura. Desde estas líneas, maestro Zapata, votos para su mejoría y un gran fumetto que exclama: “¡A VUESTRA SALUD!”

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***Zapata sobrevivió a este incidente de 2008. El artista plástico falleció el 6 de febrero de 2015, justo después de que la publicación de sus célebres caricaturas alcanzara medio siglo.
***El libro Casi 50 años de Zapatazos sigue en proceso de publicación. Como me dijo el maestro en una entrevista en 1999, al hablar sobre la búsqueda constante de las palabras y los dibujos que expliquen mejor al mundo: “No sé si lo he logrado, será mañana”.