lunes, mayo 18, 2009

Vaya manera de volverlo a hacer



Y se fue este domingo. Lo presentíamos con ojos cerrados y el corazón chiquito desde todas las latitudes. Se fue en lluvia desde su terruño como el buen “desexiliado” que alguna vez dijo él era. Y como gotas del cielo caen por doquier pensamientos, dolores, pesares, necesidades y otros llantos... Esos (estos) charcos interactivos no reconfortan pero al menos no quedan trabados en el pecho / Tantos pesares. Y el tema de conversación cambia. Vaya manera de volverlo a hacer. Con él siempre pasa lo mismo... porque cuando se lee o se canta no hay ornamentos existenciales, es la vida y ya. Con él no hay distracciones banales. Es el amor, el desamor, es la ausencia, el destino travieso, es el exilio y su añoranza, es el pesimismo o incluso la cursilería crónica que decía desde siempre padecer. Y ahora, otra vez gracias a él, volvemos a recordar que no hay cosas más trascendentales que las más simples. Y se fue. Se fue el poeta y aunque lo imaginamos feliz reencontrando a su amada Luz, ya hace falta.
Hará falta de mil maneras como sólo los que llegan tan hondo faltan y a donde sólo los que hablan con la verdad llegan.
Las palabras siempre sobran en el adiós y en el dolor. La memoria sigue siendo el mejor recurso. Releamos, recantemos, revivamos...
Gracias maestro Benedetti por tanto amor… y desamor