miércoles, julio 26, 2006

Cali, un héroe francés rumbo a Latinoamérica


Yellice Virgüez Márquez


Desde los más fuertes regionalismos que conviven o sobreviven en Francia, de aquel de origen catalán pero galo al fin, se erige sin mentiras y sin efímeros orgullos el cantautor rosellonés Bruno Caliciuri, alias Cali. Tras el éxito de dos álbumes, « L’amour Parfait » (« El Amor Perfecto ») y « Menteur » (« Mentiroso »), este artista oriundo de la ciudad de Perpiñán, vive a plenitud la cumbre de su talento en todos los rincones del país pero… eso sí, destacando hasta el final que viene del Sur y no de Paris.


El Teatro Olympia y el gran Zenith de la ciudad parisina se cuentan entre sus concurridas salas de espectáculos, y en la actualidad prolonga una gira nacional que dejó de serlo para complacer a los públicos suizo y belga.


Junto a la Orquesta Perpignan Méditerranée grabó el segundo de sus trabajos discográficos, y es con esta agrupación clásica con la cual Cali encaró esta semana el inicio del célebre festival de artes que llega a su terruño todos los veranos, Estivales.

En esta décimo novena edición que incluye a mediados de julio a la leyenda del rock Bob Dylan, y al sonero del mundo Oscar d’León, Cali deslumbró a los asistentes con su carismática y versátil escena.


Su interpretación y sus letras que divagan como el ser humano y sus humores entre el amor, la sordidez de su ausencia, el optimismo y el desconsuelo, revelan a un ser pleno de ternura y de perspicacia a la vez. Extraña mezcla que hace las delicias de su público en Europa y Canadá, encantado como hechizo bajo la profundidad de sus grandes ojos verdes.


« Para aquellos que no tienen celular… Estamos en la final de la Copa del Mundo ! », anunció el cantante a mitad del concierto, y sin cantar La Marsellesa pero con el ánimo que la evocaba, las gradas del Campo Santo -lugar donde se efectúan los grandes espectáculos de Estivales-, prolongaron por minutos una fiesta contagiada desde las más sencillas ruelles francesas hasta las grandes plazas galas.


La Catedral gótica de Saint Jean como telón de fondo, bajo el cielo iluminado de fuegos artificiales, sirvió de decorado para un espectáculo que -muy al estilo Cali- brindó exceso de espacio a los artistas más jóvenes. El ama a su público y lo demuestra, se acerca, se mezcla, llega a la cabina técnica y modifica el foco de atención del escenario con frecuencia. El público lo aprecia y participa del concierto activamente.


« Usted es una suerte de héroe musical para los habitantes de esta costa del Sur francés… » Cali escucha, sonríe orgulloso y responde con sencillez en medio del agitado entorno, aún bajo la excitación de un espectáculo que incluyó todos los matices musicales y la noticia deportiva que desveló a toda una nación.


- ... Sin embargo, aquellos que venimos de otras partes del mundo también aupamos la llegada definitiva de Cali a Latinoamérica. Cómo van los preparativos de la próxima gira ?

- Estamos precisamente concretando fechas. A final de enero 2007 vamos para Argentina, Chile, Brasil y, aún por confirmar, Santo Domingo.

- Y Venezuela ?

- Me encantaría ! Vamos a ver qué se nos presenta… Todavía estamos en la etapa preparativa. Quiero ir !

Este salto del Atlántico con rumbo a Latinoamérica, sembrará su primer contacto con el calor de nuestros países. Entonces, oído atento porque muy pronto desembarcará este ídolo francés de origen catalán que en 2004 cautivó a los franco-parlantes del mundo como una de las revelaciones del año.


Temas como « C'est quand le bonheur ? », « Pensons à l’avenir », « Elle m’a dit », « Fais de moi ce que tu veux », « Je m’en vais », y « Menteur », entre otros éxitos, se dejarán colar muy pronto en las emisoras al Sur del continente americano. Por los momentos, sonriente y rodeado de fans, Cali se despide y no precisamente con un Au revoir sino con un cálido « Au Vénézuéla, alors ! … Si possible ! »

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